lunes, 22 de noviembre de 2010

Dictadura

Breve tiempo de gaviotas, rodilla arenada,
núbiles copas con asidero en sol,
tiento entre metas de eucaliptos.
Cuando el murmullo sibilante del barrio
despierta en vecindad alerta. 
Hambre y sueño, silencio de allanamiento y
apurado exilio de neófita razón nómada.
Una higuera acallada,
 herramientas encajonadas repujando nada,
en tanto las cejas de este niño despabilaban
 un interrogante, un talle de asombro
con manitos en dos volantas
 agitándose al zenit.
Después,  flagramos en genes ocultos sin luz .
Y fuimos el otro, abrigados
Del manto que cae
sobre la tristeza de la diáspora
enajenada brutalmente de su construcción.

2 comentarios:

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  2. Hermosos Poemas Gabriel!!! Me encantaron!! Adelante compañero Salute Marina

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